segunda-feira, 3 de setembro de 2012

PERU_ IMPÉRIO INCA: "EL CUARTO DEL RESCATE"

"Poderia ter aparecido no imaginário espanhol (e ocidental) o poderoso mito de El Dorado sem  a existência real (material, tangível e mensurável)  do fabuloso tesouro do “Cuarto de Resgate”  e  de Ouro dos Incas?"

ZEVALLOS, Enrique Amayo; Oro del Peru: del Cuarto del Rescate ao Mito del El Dorado
In: Viagem à América Indígena: do eldorado à cidade contemporânea
(livro disponível em nossa Biblioteca)



ZEVALLOS, Enrique Amayo; Oro del Peru: del Cuarto del Rescate ao Mito del El Dorado
In: Viagem à América Indígena: do eldorado à cidade contemporânea
(livro disponível em nossa Biblioteca)


Para obter sua liberdade, o Inca Atahualpa se comprometeu a entregar un quarto de ouro e duas vezes de prata e pedras preciosas até donde alcançava sua mão na grande sala (quarto) onde estava preso. Em uma das maiores traições da história Universal Pizarro decidiu manter Atahualpa  preso e ficar com o resgate. 






Descripción poética y épica del sangriento encuentro de dos culturas: la ibérica y la incaica, en la plaza
de Cajamarca.
Jorge Pereyra Terrones


CUARTO DEL RESCATE


En nuestra historia,
Podría ser la sangrienta crónica roja
De un robo descarado 
Y un asesinato vil.

En Cajamarca nació el Perú
Salpicado por un enorme vómito de sangre 
Cuando las dos culturas chocaron 
Hasta volverse una.

Aquí empezó todo
Y fue el ámbito donde la codicia
Enseñó su diente más negro.

Este holocausto andino
Explica ahora 
Por qué los peruanos nos matamos entre sí 
Sonriendo como Caín.

Después de la matanza,
Atahualpa, 
Recién bañadito y perfumado,
Se vio preso y secuestrado en una habitación
De piedra.

La ambición ponía chispas
En los ojos de los taimados peninsulares,
Por eso el soberano
Alzó su mano
Y ofreció a los genocidas
Un cuarto de oro y dos de plata
A cambio de su libertad.

Y al hacerlo
Su mano se desplomó
Y también el imperio que con tanto amor
Fundara Manco Cápac.

Fue el rescate más caro de la historia
Pero los cronistas indican que no causó fluctuaciones
En la Bolsa.

Era una bóveda de piedra,
No tan segura como Fort Knox,
Y allí se guardaron por casi nueve meses
Los preciosos metales llegados a lomo de llama
Desde Cusco, Quito y Huamachuco.

El Inca extrañaba a sus mujeres
Y mataba su tedio
Jugando ajedrez
Sin sospechar que el alfil y el caballo
Ya le habían dado jaque mate.

Los españoles 
Temían que Atahualpa azuzara a los vientos,
Al puma y al cóndor,
A las espumas del mar,
Y lo condenaron por hereje, terrorista y polígamo
A la pena del garrote.

Consumado el magnicidio 
El cerro Shicuana 
Bramó toda una noche de dolor e impotencia.

En esa época,
No está demás decirlo,
No existían los derechos humanos
Ni la Corte de San José.

Sudando la gota gorda,
Treinta días les tomó a los godos
Fundir el oro.

Así fue cómo Atahualpa,
El guerrero radiante,
Se apagó para siempre.

Y por una extraña mutación geométrica
El cuadrado español
Remplazó entonces a la incaica plaza triangular.

Una carcomida cárcel de piedra 
Es lo único que queda ahora en Cajamarca
De toda esa ciudad inca.

Muchos siglos después
Bolívar juró vengar su sangre
Y romper las cadenas del fantasma de Atahualpa
Que aún vaga por allí.

Pero fueron los piratas ingleses
Quienes lo vengaron
Apoderándose en alta mar
De parte del inmenso botín cajamarquino.

Ladrón que roba a ladrón
Tiene cien años de perdón 
Y el eterno agradecimiento de la Corona.

La riqueza de Cajamarca
Financió la revolución industrial inglesa
Y pudo ser el Plan Marshall
Que el Perú necesitaba.

Pero ahora, 
Yanacocha,
Es la que se lleva nuestro oro
Sin ponernos una pistola en la cabeza.

Mientras, a lo lejos,
Wall Street, complacido, 
Se frota las manos.

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